Juan José Luque, jefe técnico de la FCBEscola Sudamérica, explica que los entrenadores del equipo más popular de Barcelona buscan una formación integral de los deportistas, más allá de su rendimiento físico.
Por Fabiola Bereche. 01 julio, 2014.Juan José Luque es el entrenador principal de la FCBEscola en el Perú, la primera escuela oficial de fútbol del FC Barcelona en Sudamérica. Como parte del staff de entrenadores formativos del equipo español, ha visto el crecimiento de jugadores como Lionel Messi, Xavi Hernández, Gerard Piqué, Andrés Iniesta, entre otros. Él asegura que estos reconocidos jugadores son jóvenes ‘normales’, que andan por la calle sin alarde de riqueza o poder, porque así son educados los deportistas del Barza, conscientes de ejercer influencia sobre los millones de seguidores que tienen en todo el mundo, principalmente en niños.
Pero, ¿cómo han sido formadas estas estrellas del fútbol? Para Luque, la mejor estrategia de la escuela del FC Barcelona es apostar por la formación de personas, que implica acercarse a los niños y jóvenes con una mirada integral que incluya una educación en valores además de las técnicas deportivas.
“En las generaciones de la escuela buscamos que sean buenos deportistas y buenas personas. Tratamos de promover valores como el liderazgo, el respeto, la creatividad, etc. (…) Por eso, cuando el Barcelona pierde un partido no pierde su grandeza, porque mantiene su formación”, comenta en una charla durante su visita a la UDEP.
¿Talento o entrenamiento?
Según el profesor, si un niño es habilodoso con el balón debería entrenar sus posibilidades sin someterse a duras exigencias por competir y sin descuidar otros aspectos de su educación.
“Si los padres permiten que su hijo cierre un libro para ir a jugar fútbol, no están aportando a la sociedad. El deporte tiene que ser un complemento para la formación. Al final, el fútbol puede ser su orientación de vida como profesión, pero la formación docente es la que tiene que ser prioritaria. Además, si el niño ha hecho el aspecto técnico bien pero no está feliz, estaremos equivocados por valorar los resultados y no la integridad”, detalla.